Compañias Militares Privadas (PMCS)

Compañías Militares Privadas (PMCs) o empresa que proporciona diferentes servicios militares. El fin de la Guerra Fría fue testigo de un aumento en el número de soldados jubilados, recortes drásticos en el presupuesto militar y un aumento en los conflictos menores. Todo esto favoreció la proliferación de contraristas militares en el sector privado. Las PMCs no solo participan directamente en el campo de batalla, también se hacen cargo de muchas de las reponsabilidades del ejército, como logística, mantenimiento, operaciones de transporte, asesoría estrátegica y táctica y supervisación del entrenamiento y la educación de ejércitos y milicias locales. Se asegura que en el verano del año 2004, en Irak, habia más de 60 PMCs con una plantilla de más de 20.000 personas. Se considera mucho más eficiente, económicamente hablando, la contratación de una PMC que aumentar el presupuesto militar, con el gasto que supone el mantenimiento y la compra de armas de última generación. Además, otra gran ventaja es que el personal de las PMCs que muera en el campo de batalla no se considera baja en servicio. Actualmente, las PMCs empiezan a tener más importancia que los ejércitos oficiales y no es raro que el ejército solamente de misiones burocráticas o de imagen, mientras que las PMCs se encargan de las operaciones de verdad.

Como resultado, las "guerras por encargo" de las PMCs han proliferado por todo el mundo desde el principio del nuevo siglo. También conocida como la "Guerra Fría por encargo" del siglo XXI, el aumento de conflictos regionales y la demanda de PMCs ha contribuido al enriquecimiento de muchas empresas que han adquirido un gran poder militar, mientras que un éxodo de soldados retirados les ha permitido aprovechar sus años de experiencia. Los ejércitos nacionales se han ido debilitando al aumentar la importancia de las PMCs, hasta el punto de que el 60% del poder armamentístico mundial está en manos de compañías privadas. De las cinco PMCs más grandes del mundo, dos están afincadas en los Estados Unidos y el resto en Francia, Reino Unido y Rusia. Sus clientes se encuentran principalmente en América, Europa, África y Oriente Medio. Las ganancias de las PMCs revierten de nuevo en la economía norteamericana, permitiendo que el país expanda sus operaciones militares. El capital norteamericano sigue a su ejército allá donde va, ayudando a aumentar los mercados para sus productos . Y como la guerra es ya un producto, el dinero vuelve otra vez a manos de las PMCs, haciendo que el ciclo se perpetúe. Los mercenarios contra los rebeldes, los mercenarios contra la nación, los mercenarios contra los mercenarios... Con guerras de mercenarios cuyas tropas se venden al mejor postor, la principal preocupación es un beneficio estable y los campos de batalla pronto se convierten en otro mercado dominado por la avaricia. Mientras muchos campos de batalla están en manos de las PMCs, los gobiernos se ocupan de su propia seguridad y de gestionar sus beneficios y las PMCs son una parte esencial del mundo y han dado lugar a lo que hoy se conoce como "economía de guerra".

Como muestra el capitulo 47 de la Convención de Ginebra, que estipula que un mercenario no es un soldado legal, la comunidad internacional no debería haber dejado participar al personal de las PMCs directamente en la batalla, a pesar de las cuestiones que surgieron en la guerra de Kosovo sobre el papel de la Convención en el mundo moderno. Sin embargo, la chispa que permitió que las PMCs aumentaran sus actividades surgió tras la introducción del sistema de control de la batalla de Sons Of The Patriots (SOP). Desarrollado por AT Security, el sistema permite, gracias a la utilización nanomaquinas, que los comandantes puedan controlar todos y cada uno de los aspectos de la guerra, desde soldados individuales a unidades enteras. Todo el personal militar, del estado o privado, es inyectado con nanomáquinas controladas por el sistema y todas las armas modernas necesitan de una comprobación de ID antes de ser usadas. Si la persona no pasa el control, el arma se bloquea y no se podrá disparar. El personal no puede montar un vehículo de combate sin antes pasar el control de identidad. Y con tal cantidad de poder no sometido al control de una ideología nacional, los países han comenzado a temer la fuerza y el poder de las PMCs aunque, en realidad, parece ser que el sistema SOP tiene una forma de impedir que cualquier PMC pueda atacar a su propio cliente.